Halloween vino y se fue, vi tantos niños disfrazados, otros humanos se disfrazaron de mi atardecer, de mi dicha, de tantas emociones, ver a aquellos niños con su ilusión de recolectar dulces, me recuerda mi infancia, aquellos días que se han ido y no han de volver, cuando todo se hacía mucho más sencillo, no importaba que las cosas no salieran bien, porque igual me iba a jugar de nuevo, no importaba la escasez, no interesaba, igual no puedo decir que todo es malo, ahora noto otros detalles de la vida que antes eran imperceptibles para mí, puedo escuchar con atención una melodía, cerrar mis ojos, volar sin alas, como lo hago en mis sueños, ver cómo vuelo día a día... Además puedo gozar con la sutileza de los sarcasmos, más con la política, hablando de política, ya pasaron las elecciones, pero las calles siguen llenas de papeles, fotos de personas queriendo convencer a como dé lugar de que les brinden sus votos, algunas de esas fotos no ganaron, pero siguen con la vitalidad con que se pusieron, sus caras de convencimiento, mostrando su mejor postura, es inmortal, así la persona ya no tenga ese gesto, la foto ha de perpetuarse en la memoria.
¡Sí que disfruto al ver la realidad humana! ¡Somos muy divertidos!